domingo, 23 de diciembre de 2012

los perros

del lado de la realidad en el que nadie está
el hombre se eleva hacia el universo
por encima de un río de dinero y silencio

nada en un océano de bosque
hacia los perros blancos
donde los niños cuchichean su idioma salvaje
suaves promesas en la nieve

todas las teorías grises de los hombres
todos y cada uno de los libros de la ley
serán consumidos en el fuego blando

el corazón se extiende como la piel de buda
tocando la esencia de cuanto le sale al paso
la joya, el gran regalo

deseo olisquear tu piel
suave y levemente recubierta de vello
como un cachorro explora la hierba
eternamente virgen

jueves, 13 de diciembre de 2012

el fuego

el fuego sobrevuela las siluetas
que tiemblan ante el fragor de la rueda
y el traqueteo de palacios
accionados por manivelas de cristal
retumbando
descendiendo como rocas por la tela de araña
como si el silencio se hubiera detenido
luz que se consume en un estallido de jilgueros
estrellas que viajan hacia el corazón de tu cerebro
dónde la cera se derrite y es escarcha
y el macilento aroma del musgo
esculpe pedazos de edén sobre la playa virgen
y las corolas de sirenas son vomitadas hacia la tierra
mientras el trueno recorre tus venas
acariciando flores, espesura salvaje
niñas despedazadas contra el muro de la esperanza

lunes, 10 de diciembre de 2012

silencio

bibliotecas atestadas

¿para qué buscar la respuesta en otros
cuando el universo estalla en un parpadeo?

la energía posee una furia purificadora y apacible

gurús, budas, mentirosos

sus terrores dieron al fin con él
una callada noche de otoño

el callejón es un espejo
igual que un sol naciente sobre montañas nevadas

que los niños sean saciados
y la multitud enmudezca

ruedas calientes

escapamos de múltiples jaulas
las calles nos hostigan
las escuelas nos empujaron a la cuneta
somos los asesinos del Sol

ruido de motores en marcha
leyenda negra
futuro incierto
escupe sobre el sepulcro e ignora la cruz

jueves, 6 de diciembre de 2012

tú que entiendes, entiende

el silencio tiene un sabor dulce
bajo la sombra de estos árboles
mientras la luna esculpe su venganza
a espaldas de hombres sedientos de muerte

o es quizás la vida lo que ansían
y nosotros, los héroes moribundos de la tragedia
nos hacemos a un lado
mientras el telón tiembla de miedo

puede que el hombre se levante en la niebla
para escupir a la multitud
y trabajar
y derrumbarse como una ola tremenda
sobre un océano de cadáveres