viernes, 14 de agosto de 2015

duermevela

el muro hiere duermevela siempre anochece en el prado maligno sin sombra que muerde perdición afilada y sin alumbramientos cósmicos de ratas devoradas al anochecer en el prado salvaje y místico nauseabundo y naufragado hacia la cloaca del arroyo que entumece los sentidos y desvela el paraiso a las gentes de buena ventura que disciernen y sollozan junto al árbol de los siglos ceniciento y triste enloquecido y cruel destierra las siete costillas del vientre de la madre antigua y ahora enloquecen todos como los siete faros del continente hundido