el ciervo blanco pasta libre
en las cristalinas estepas de la luna
el viento acaricia los sauces
en que habita el duende viejo
paseo por avenidas atestadas
mi mente es una puerta abierta
mis pasos retumban en la noche
y apaciguan la sed del niño indio
que enciende un fuego en el cielo
mientras las estrellas descansan
tiendas, luz intensa, carteles publicitarios
prostitutas, basureros, acera mojada
ajetreo, la vida bulle
perros salvajes devorando el frío
aliento gélido y autobuses nocturnos
ama a la policía
confusa
como una mano de hierro aferrada al tiempo
contempla a la doncella de plata
danzando enérgica en el tejado del templo
Ummm... Me agrada, me agrada...
ResponderEliminarAquí tienes algo sobre Haro Ybars: http://amputaciones.blogspot.com/2007/01/voces-eduardo-haro-ibars-1948-1988-no.html
Los postistas no creo que te gusten... les falta rock and roll...
¡Coño, este Haro Ybars es cojonudo! ¡Gracias por la aportación y me alegro de que te guste mi poema!
ResponderEliminarMás: Obra poética, Eduardo Haro Ybars, Huerga & Fierro editores
ResponderEliminarQue lo disfrutes.
Deborah