la gente se agolpaba a la entrada de la caverna
pero yo era un tirador nato
la llama multicolor en la grieta
me hablaba de un hombre que ya no era
pero cuyo espiritu había trascendido
sobre sus huesos arrastré las ruedas de mi carromato
por tal camino ascendente me encaramé a los abismos del cielo
descubrí una nueva forma de entender la ceguera
bajé a la fosa de las espadas oxidadas
para desentrañar un corazón de musgo
la gente se agolpaba a la entrada y
saludada por mi paciencia
sucumbía a la profecía de las balas
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