hay un hombre mirando por la ventana
nadie en el interior
pero se respira un aire fétido
una mano tiembla
y busca a tientas
hacia el espacio
sagrado
que llaman vida
los arboles escuecen
la tierra se estremece
una serpiente de raices
desgarra el camino hacia las estrellas
y la piedra lunar brilla
como el diamante
como caracola
o cráneo palpitante
hay fuerzas que se descontrolan
como corceles salvajes
deambulan por la ensenada
en busca de cadáveres nocturnos
pieles perforadas por las liendres
se hunden hacia el frío
y el agua respira muy hondo
ciñéndose con fuerza el abrigo
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