miércoles, 5 de septiembre de 2012

sandwich mixto


Persiguiendo a la luna en el jardín
Me pregunto por qué nadie escucha el grito de la noche
Que resuena en cavernas antiguas
Como una campana oxidada
Lleno de fuego y de rabia
Perdiéndose en silencios lejanos
Como el eco de un pedo de Dios que un día fuera
Friéndose en una vieja sartén de manicomio
Friéndose como la mano de Van Gogh
Mientras los colores y las formas
Se disuelven y se transforman
Y hacen el amor con instinto homicida
Y el tambor tribal incita al trance
El trance incesante de las eras

Persiguiendo a la luna en el jardín
Me pregunto por qué nadie escucha el grito de la noche

2 comentarios:

  1. Yo sí lo oigo, y lo escucho, querido... y los tambores, là- bas...

    Le felicito, comme d'habitude.

    D.

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  2. ei! no se quien eres pero muchas gracias por el comentario!

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