perseguida por una sombra
que se propaga en el tiempo
pasos quebrados
se levanta antigua
ante la ventana de la calle
como una araña a punto de devorar a su presa
cristales rotos
el espejo trajo cién años de mala suerte
contemplar la lluvia
pero no sentirla;
escuchar el silencio
pero no vivirlo
en el interior se abrían cofres plagados de insectos
el gran secreto
el adorador de un desierto
el rey loco
en un ajedrez infinito
contempla la ruina casi sin aliento
y erige una cueva
ella acaba de caer pero mañana
aún seguirá cayendo
no había asfalto, solo una lágrima
de lluvia, en suspenso
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